viernes, 2 de julio de 2010

Un puente de Madrid

Aquel puente cochambroso con marcas de la CNT en la balaustrada. Aquel río lleno de mierda, de agua, de no-patos exiliados del río o, más bien, escondidos de la gente. Aquellos jornaleros con barba de dos días y bolsa de deportes llena de suciedad, pantalones diossabequé y paquete de Ducados en el bolsillo. Aquellas adolescentes vestidas de putas, aquellas putas vestidas de adolescentes; aquellas viejas vestidas de viejas...

Aquel puente, aquel vértigo, aquel banco lleno de aquellas eyaculaciones imaginarias, aquel chico sentado en aquel banco al lado de aquel puente, sobre eyaculaciones de pato.

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